A mediados del siglo XIX, en plena edad de oro del alpinismo, sólo una montaña se resiste a ser conquistada: el Cervino Matterhorn para los suizos . Hasta que dos intrépidos hombres, Edward Whymper y Jean Antoine Carrel, se enfrentan para acabar con su leyenda.
En 1860, cuando Whymper irrumpe en escena, casi todo está ya hecho. Sólo resta poner el broche final sometiendo al Cervino, una gesta que le está reservada, aunque él no lo intuye todavía. Con sus escasos veinte años es un recién llegado al terreno del alpinismo.